Por aquellos tiempos, el Sindicato de la Velocidad, presidido por el Dr. Vallelunga, hacía todo lo necesario para poner al equipo en semis del campeonato. Los tres cuartos, más delicados de estómago y vientre, se juntaban a comer en casas varias comidas muy elaboradas, mientras los gordos se daban una panzada de puchero en el Kaiku.
Días más tarde, Chamaco solicitaba un permiso especial para ingresar al selecto grupo de velocistas, el cual fue denegado de manera unánime. La leyenda cuenta que, a partir de ese momento, el medio scrum Gaston Díaz Delfino, habría sido amenazado para que reste protagonismo a los integrantes del Sindicato en los partidos.
Días más tarde, Chamaco solicitaba un permiso especial para ingresar al selecto grupo de velocistas, el cual fue denegado de manera unánime. La leyenda cuenta que, a partir de ese momento, el medio scrum Gaston Díaz Delfino, habría sido amenazado para que reste protagonismo a los integrantes del Sindicato en los partidos.
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